Arpegios


 

La partitura de los cuerpos

refracta

una música lejana y desierta

como los amaneceres/

en los acantilados

 

En la costilla en que/

duermen los arpegios,

una niña se ríe

de la esquina de mi sombra

 

Al mirarla comprendo:

no existen las palabras

que nos enseñen a morir




Foto: Carla Picazo